domingo, 13 de diciembre de 2009

A MANERA DE ÉTICA

Si contemplas marchito el jaramago
Cuando el calor agosta su amarillo
Te vienen a la mente las ruinas
En que paró tu vida: es una playa
Vacía, oscura, pedregosa y sucia
Que no alivian las luces alejadas
De las falúas torpes y anticuadas
Que faenan de noche o si el sol ciega
El medio día incierto de las sombras
Ni el vino ni la sed otorgan reposo.
De nada valdría asirse a los vilanos
Que levantan el vuelo o al bullicio
De los recuerdos, las vacilaciones
Los foques o el jazmín: ni las espinas
Ni el pétalo marchito de la rosa
Te salvarían ahora de la zozobra, pero
Es importante que comprendas siempre
Que tu sombra es tu luz y la acedía
Es el camino para la esperanza.
Vivir es confundir siempre el camino
Pero acaso es hermoso confundirlo:
No dejes que te engañen los recuerdos
Pero no los olvides y atesora esas olas
Y su espuma fugaz y la marea
Y aunque ahorres ya la fiebre y sus delirios
No desdeñes su brillo y sobre todo
No dilapides nunca la gastada
Herencia de los viejos amores que se fueron
o de aquellos que ardieron imposibles e eternos
o perderás por siempre los faros de tu vida


Granada, 5 de abril de 2009

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Inútilmente cortaré la rosa,
La más hermosa del jardín sin duda,
Y te la ofreceré para que tú la lleves
A tus labios y para que tus labios
La hagan palidecer inútilmente:
Su muerte es la semilla de nuestro amor, su muerte es el emblema
De nuestra muerte y de la muerte
Inútil del amor, y tú y yo lo sabemos,
Estamos ya seguros, no nos queda esperanza,
Queda solo la espera, una espera cansada que inútilmente alivian
Estas rosas cortadas y el soplo de tus labios
Y pese a todo ello, quizás por eso mismo,
Yo seguiré cortando las rosas más hermosas
Y seguiré ofreciéndotelas para que inútilmente
El fuego de tu aliento las agoste
Y seas por instante como una diosa antigua, como una diosa inútil
Que nada pudo nunca contra el fuego y la muerte.


Granada, 7 de junio de 2008

Alguien canta a lo lejos y tú no sabes nada.

Alguien canta a lo lejos y tú no sabes nada.
Alguien canta y persigues, con qué muda constancia,
Esa voz casi muda que barre la distancia
Y clandestinamente el corazón horada.
¿De dónde esa canción en la noche estrellada?
De qué tristeza nace, qué súbita importancia
Transluce de repente al azar su arrogancia
Y hace bajar la frente y vidria la mirada.
¿Nace de la tristeza o del conocimiento
Esa voz de mujer que pregona el vacío
Y se pierde fugaz casi como la vida
Se escurre sin saberlo desde su poderío?
El alba esta ya cerca; la tierra, estremecida:
Alguien canta a los lejos. Y después sopla el viento



Granada 27 de septiembre de 2008